Suplemento es una palabra que puede herir los sentimientos de madre que esté decidida a dar el pecho a su hijo. Es la palabra que parece (nótese que digo parece) confirmar nuestros peores temores: no tengo leche. Pero hay situaciones en las que se hacen inevitables. Por eso, cuando pautamos suplementos a un bebé es importante que maticemos ciertas cosas:
- La mayoría de las mujeres son capaces de producir leche para sus bebés. La hipogalactia (poca producción de leche) primaria (que viene de serie en al madre) es muy rara.
- Puede ser que tengamos poca leche (hipogalactia secundaria). «¡Lo sabía!» diréis. La causa más frecuente es un fallo en la técnica. Corregimos la técnica, mejoramos el enganche y se solucionó el problema. TIENE SOLUCIÓN.
- A veces, no es algo que dependa de nosotras y el problema está en que el bebé no es capaz de extraer toda la leche que necesita, por ejemplo por tener frenillo, poco tono muscular o muy bajo peso al nacer. En muchos de estos casos TAMBIÉN PODEMOS SOLUCIONARLO. Podemos modificar la postura del bebé o emplear distintas posiciones para que mame mejor, puede intervenirse el frenillo si es necesario, o según pase el tiempo y gane peso y fuerza muscular el bebé mamará mejor.
- Que un bebé necesite suplementos ahora no quiere decir que sea para siempre. A veces se necesitan de manera transitoria mientras solucionamos un problema y luego se retiran.
- El término suplemento no indica necesariamente fórmula artificial. Podemos extraernos leche y darle suplemento de leche materna.
- La lactancia mixta, aunque no sea lo ideal, sigue teniendo múltiples beneficios para el bebé y al mamá.
Y como digo siempre, pide ayuda. Aunque ahora necesite suplementos, puedes lograr una lactancia materna exclusiva. Busca una matrona/enfermera/pediatra/IBCLC/grupo de lactancia que te ayude a conseguirlo.
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